Tot comença amb la seva mirada d’amor! Dijous sant

Avui celebrem que la seva mirada d’amor i amistat ens comprometem al servei!!!! Avui celebrem que amb la seva mirada comença la nostra història de llibertat i entrega!

SIENTE como Jesús te mira con amor. Agraeix la seva mirada!!!

Mírame como miraste a Zaqueo, una mirada de aceptación.

Que como zaqueo te mire con curiosidad por que quiero conocerte, amarte, seguirte,…Que tu mirada Jesús de aceptarme como soy, de no juzgarme ni condenarme cambie mi corazón y me impulse como zaqueo a servir, a dar, a compartir, a llenarme de gozo.

Volem sentir la misericòrdia Jesús, tingues pietat (2)

Volem sentir mirades d’amor i perdó, tingues pietat (2)

Mírame como miraste a Pedro, una mirada de amistad y humildad.

Y se dejó lavar los pies cuando lo miraste. ¡entremos en el misterio de ese cruce de miradas! ¡Cuánta comprensión y esperanza debió percibir Pedro en ella! Se sintió descubierto, sí, pero no condenado. Más que de reproche, la mirada de Jesús fue una propuesta renovada de amistad. Una mirada acogedora y compasiva, porque «el amor no lleva cuentas del mal ni es orgulloso”. Esta mirada le hizo renacer; se dejó mirar así y esto le salvó.

La mirada de Jesús es siempre una oportunidad. Este es siempre el tono de la mirada de Jesús: propuesta misericordiosa de salvación.

Volem sentir la misericòrdia Jesús, tingues pietat (2)

Volem sentir mirades d’amor i perdó, tingues pietat (2)

Mírame como miraste a Judas, una mirada de amistad y libertad

El seguimiento de Jesús por parte de Judas transcurrió entre el entusiasmo y la decepción; y ésta acabó imponiéndose. Su traición es el resultado de una ilusión frustrada.

Jesús amaba a Judas y se fiaba de él; por eso le eligió para formar parte de los Doce y le confió la administración de los bienes. La traición, pues, no era sólo el fracaso de Judas, también para Jesús suponía un fracaso. ¡Tanto tiempo, tanta intimidad…, perdidos! Hasta el último momento Jesús intentó recuperarlo. En Getsemaní, en el momento del beso, en los Ojos de Jesús debió aflorar una tristeza infinita, no tanto por El,), cuanto por la pérdida de un amigo.

Volem sentir la misericòrdia Jesús, tingues pietat (2)

Volem sentir mirades d’amor i perdó, tingues pietat (2)

Mirame como miraste a la mujer, una mirada de amor incondicional.

En una cultura como la judía, en la que la mujer era considerada una realidad devaluada. En nuestra cultura actual, la mirada de Jesús hacia la mujer fue una mirada surgida de un «corazón limpio»: libre y liberadora, adulta y madura (no dura), dignificadora, estimulante, responsabilizadora, afectiva y sin prejuicios…, que ama, enseña a amar y genera amor. Jesús no dudó en acercarse a la mujer y mirarla con buenos ojos y sentimientos de profunda humanidad. De hecho, el mundo femenino ocupa un puesto relevante en el Evangelio.

Una mirada de la que todos tenemos que aprender.

Volem sentir la misericòrdia Jesús, tingues pietat (2)

Volem sentir mirades d’amor i perdó, tingues pietat (2)

Mírame como miraste a la naturaleza, una mirada sapiencial y festiva.

La mirada de Jesús a la creación es doble: estética, cautivada por su belleza y armonía, y sapiencial, capaz de escuchar el «sentido» y la «voz»» depositados por Dios en ella. Que como Jesús me admire por la belleza de las flores, el explosivo brotar de los árboles, el secreto del germinar de las semillas,.. Escuchar la voz de la creación ayuda a escuchar la voz de Dios; y contemplar la creación desde esa expectativa supone adoptar un ángulo de visión, una perspectiva lúcida y luminosa. Frente a la mirada egoísta y explotadora, la mirada de Jesús revalida y reivindica la gratuidad y la belleza de la creación, surgida de las manos amorosas de Dios.

Volem sentir la misericòrdia Jesús, tingues pietat (2)

Volem sentir mirades d’amor i perdó, tingues pietat (2)